sábado, 9 de junio de 2007

Carolina Fal

Publicado en el Planeta Urbano

El castillo de Carolina

Casi frágil, actúa desde la adolescencia y escribe en la madurez. Feliz siendo como es, gusta de la Argentina, el teatro y la música. Fal abre las puertas de su percepción, pero se reserva el derecho de admisión.

Brummmmmmmm. Coches, colectivos, bocinas. Brummmmmmmm. El bar de la esquina del Konex no da oportunidad a los oídos de los comensales. Mientras tanto la tarde marcha pesada, húmeda, y la lluvia amenaza con un atentado. Sin embargo, Carolina se acerca a la mesa de la entrevista; descalza, con dos grandes botas en las manos, un vestidito todo de blanco y una sonrisa sostenida sin esfuerzo. Tras el café con leche y el plato vacío de medias lunas el grabador espera hambriento.
“¿Cómo ando?. Muy bien, muy bien”.
Sensación primea: voz que disfruta de un principio de afonía. Sensación segunda: esa misma afonía amaga en unos años a convertirse en la voz de Graciela Borgues. Sensación tercera: ¿Qué une a estas dos mujeres?. Respuesta al acertijo: Carolina Fal escribió el guión cinematográfico de Monobloc y Graciela Borgués es una de las actrices principales.
¿Qué inspira a tu escritura?
Mi infancia. Para mí todo está ahí y no sé muy bien por qué. Juro que no es a propósito pero cuando termino de escribir me doy cuanta de que todo salió de mi niñez. Hasta la música que me gusta tiene que ver con mi infancia. No sé bien la razón aunque supongo que es la etapa más fuerte, donde todo se forma y con el tiempo uno se transforma en la persona que es de grande.
¿Cuando despertaron las ganas de escribir en un papel?
Yo creo que empecé a escribir porque no podía dormir, se dio en mí por no saber que hacer. En mi caso la escritura no va separado de la actuación y en el fondo cuando escribo siempre termino haciéndolo sobre las mismas cosas y cuando actúo termino contando lo mismo. En definitiva creo que es mostrar tu mirada del mundo y compartir esa mirada con el mundo.
¿Cómo son tus momentos de escritura?
Generalmente por la mañana, acompañada por el mate. Cuando sé que voy a escribir al otro día me armo de una rutina, pongo el despertador a las ocho y no paro hasta el mediodía. Otra cosa que me ayuda es escuchar una misma canción todo el tiempo.
¿Y tu cabeza no estalla?
Siempre cuando escribo una historia lo hago escuchando una sola canción ininterrumpidamente, casi de manera enloquecedora. Mi formula es repetir, porque cuando encuentro que una canción ayuda a inspirarme no quiero alejarme de ella. Creo en la repetición y la saturación porque siempre sale algo.
Nació en Mercedes. Vivió en una quinta. En verano pileta. Por las tardes siestas. Calle de tierra. Colegio religioso. Llegó a Buenos Aires a los 15. Vivió con una tía y después con una amiga. Terminó el secundario viviendo en Buenos Aires.
“Los treinta están muy buenos, mucho que los veinte”. Añade: “siento que debo controlar mi fuerza emocional porque no está bien cuando se desborda ni por mí ni por los que tengo alrededor. Pero todo se va calmando con la edad. Este camino hacia los 40 está mucho mejor que el paso de los 20 a los 30. Pensé que no iba a ser feliz nunca y soy feliz ahora a mis 32 años. Pasé períodos muy grandes preguntándome si me gustaba la persona que era. Hoy en cambio estoy feliz porque me acepté y alcancé esta única meta.
¿Y qué papel juega la actuación en esta aceptación?.
Me da paz trabajar. Me encanta actuar y escribir. No sé hacer otra cosa más que actuar. Si me pienso fuera de la actuación me veo sólo madre, ni siquiera ama de casa. De chica no entendía bien por qué actuaba, yo estaba acá en Buenos Aires trabajando en televisión sin entender demasiado. Encontré el sentido de la actuación más de grande.
¿Y qué fue lo que hizo encontrar ese sentido?
Cuando entré en el teatro San Martín, ese fue el momento. Poco tiempo antes había intentado estudiar otras cosas, me había inscripto en varias carreras porque no estaba segura de ser actriz.
¿Qué limitaba verte definitivamente como actriz?
Quizás no podía creer que haya encontrado tan rápido lo que uno ama. Sentía la carga de que llegar a lo que uno quiere ser trae consigo sufrimiento, traumas y una búsqueda lenta. Pese a lo que siempre se piensa para mí la búsqueda no fue dolorosa, fue más bien suave, natural.
¿Y hoy como te ves?
Soy muy Argentina. Me cuesta irme, le tengo fobia a los aviones y me da mucha pereza viajar. Si trabajo afuera quiero volver rápido a Buenos Aires porque la música que me gusta es nacional y el lugar que amo es Buenos Aires. Si quiero ir algún lado me voy a Jujuy y no a Europa. Sé que seguro me debo perder de muchas cosas.
¿Supongo que debe haber algo que no te gusta de los argentinos?
No es algo talvez característico de este país, pero no me gusta que se sufra tanto. El trabajo de los chicos en la calle, trabajando como si eso fuera normal no me gusta. Igual no podría decir que no me gustan cosas de los argentinos, creo que somos víctimas de una situación un poco fuerte.
En cine debutó en “El caso María Soledad”. También como actriz se paseo por los más reconocidos teatros y en televisión apareció como la hijastra-amante de Ranni en “Zona de riesgo” y copó la pantalla del 2003 en “Resitiré”.
¿Qué aporta la televisión en la formación del actor?
La televisión me aporta mucho entrenamiento. A pesar de que trabajar más de 12 horas en la tele y el teatro es agotador, pero también es verdad que cuando más trabajo lo hago mejor. El vértigo y la vorágine de los tiempos me sienta bien, me gusta trabajar con la urgencia porque hace que las cosas salgan mejor. Preciso de la urgencia y la necesidad. Yo ya tengo la cabeza desordena, sí el afuera se ordena para mí, me ayuda un poco.
¿Qué tomás en cuenta para decidirte a interpretar un nuevo personaje?
En principio no me importan los lugares. Acepto las propuestas cuando veo si puedo hacerlo o no, sí puedo darle material a ese proyecto. Me pregunto si tengo sentimientos compartidos con la obra, si voy a entender lo que debo hacer. Suelo dudar en un principio, aunque cuando siento desde un primer momento que debe ser a la larga termino haciéndolo, pese a que en el medio lo ponga en duda.
¿Por quien soñás ser dirigida?
Leonardo Fabio sería mi sueño porque es el cine que más me gusta. Tengo una gran fantasía de lo que sería trabajar con él y me parecen increíbles como están los actores en sus películas. Me encanta el resultado y supongo que él debe ser una persona muy pura, y digo supongo porque solo veo nada más que el resultado. También me gusta porque describe mucho la infancia y es muy hombre, -levantando la voz y un tanto colorada por la confesión-, ¡lo amo!.
Remolinos
Su remolino actual la lleva a ensayar la semana completa en la obra “Electra shock” de Sófocles, dirigida bajo la impresión de José María Muscari. Por estos días también dice recibir a Electra en su ser casi constantemente y aunque aclara que le sucede siempre lo mismo cuando encarna un personaje, esta vez es especial. “Acepté el papel sin leer ni siquiera la adaptación porque quería trabajar con Muscari. Sentí que no podía negarme ante Electra y encima que la mirada insolente que le da José María”.
Promete una mirada irreverente ante Sófocles sin rendirle demasiadas alabanzas. La tragedia griega transformada en show y para ello Carolina debe actuar, bailar y cantar, pore ejemplo, “Biutiful People” de Marilym Manson. La cita es en Enero en Centro Cultural Konex.
Sensación primera: Carolina responde con seguridad. Sensación segunda: piensa, mira hacia el piso y contesta con frases estudiadas. Sensación tercera: no se divierte develando su intimidad.
¿Disfrutas de las entrevistas?
A veces me gusta. Antes me ponía muy nerviosa hacer notas porque pensaba lo que podría decir, y ahora soy esto que digo y esto que soy frente a vos en este bar, no tengo que estar nerviosa por nada.
¿Y como reacciones ante los malos comentarios?
No me gusta que hablen mal de mí aunque no respete a la persona que lo está diciendo. Todo el mundo no escucha a las personas que las critican, solo los actores tenemos esa desgracia, por eso trato de leer y escuchar lo menos posible. Trato de mantenerme al margen porque me parece más sano, aunque no es tan grave es como un cuchillito evitable.
Y para evitar los malos comentarios, ¿qué es lo estás reservando de contar en esta entrevista?.
Mi parte más vulnerable y mi inocencia, aunque supongo que todo se trasluce hasta lo que uno quiere guardar. Igual me parece que hay cosas que no está bueno compartir mediaticamente, ni siquiera con todas las personas que uno conoce sino solo con las personas que uno elige.
Se da vuelta y mira por sobre el respaldo de la silla a un amigo como pidiendo que tire la toalla. La entrevista ha finalizado porque se trasluce que ya no quiere decir nada más. A pocos metros los coches humean, son acelerados y frenados por conductores siempre apurados. Me invita a salir de su castillo con su gozosa sonrisa.

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