sábado, 9 de junio de 2007

Dante Gebel

PUBLICADO EN LA REVISTA VIVA DE CLARÍN

¿Usted sabe con quien está su hijo ahora?

Dante Gebel convoca multitudes en los estadios más importantes de la Argentina. En sus shows combina un mensaje de acercamiento a Jesús con imágenes en 3D. Peleas contra ninjas que detentan el control de la juventud, y un próximo canal de televisión forman parte del mundo de este maestro del marketing de la fe que tiene como referente a Luis Palau.


Algo está pasando, para que negarlo. Es que no cualquiera llena las plateas, las populares y el campo del estadio River Plate como los mismos Rollings Stones o U2. No cualquiera nace con un programa nocturno en una radio barrial de Munro y se convierte, en siete años, en un líder de jóvenes que llena dos estadios de River, uno de Boca, otro de Vélez y varios Luna Park. Con este historial bajo el brazo, Dante Gebel se presenta ante todo el mundo y aclara: “yo no soy un pastor soy un Motivador de jóvenes”.
Es que, si bien es casi un desconocido para el mundo secular, dentro de la fe evangélica Dante Gebel es un verdadera predicador estrella, post moderno y de varias caras, que en su momento no fue bien recibido por la iglesia, pero que ahora no solo logró su respeto sino también su apoyo. Seguido por jóvenes y muy querido por los padres de estos que lo ven como un ejemplo, dentro del seno de Gebel hay una multimedio, una editorial de libros, una compañía discográfica, una revista, un programa radial y otro televisivo, y un futuro canal de televisión que piensa largar dentro de poco. Todo en el marco de un mensaje con retórica bien cristiana y evangélica.
“Yo no soy un loquito que habla por ahí y lo siguen cuatro, que me sigan setenta mil personas significa que hay una necesidad, significa que hay un hueco que llenar. Y ahí estoy yo”, cuenta Dante Gebel en su oficina. En las paredes de su productora, Linea Abierta, de dos pisos en el barrio de Constitución, entre fotos de sus dos hijitos y su esposa Liliana, cuelgan las tapas de sus libros, afiches de los mega shows, y algún que otro retrato de Gebel con personajes famosos, como Ricardo Montaner. En toda la productora la cara sonriente de Dante Gebel es una imagen constante que siempre está observando y acompañando a los empleados.
En el devenir de su vida, Gebel, casi cuarentón, de corte taza y aspecto frágil, se encuentra una infancia brava, y una adolescencia abúlica como consecuencia de, entre otras razones, un padre con serios problemas de alcoholismo y una madre a la que, de un día para el otro, le diagnosticaron cáncer. Y así como un personaje salido de sus libros y cuando todo parecía perdido, la familia de Gebel pisó la iglesia evangélica y de ahí en más todo cambio. Lo que se dice una verdadera conversión.
“Me defino como un motivador. Yo les digo a los chicos que se preparen, que sueñen y que crean en el país. Me pone muy contento recibir menajes de chicos agradeciéndome por haberles ayudado a recobrar la fe. Y les digo que redireccionen su vida, y les digo que Dios está para ello, te ayuda a ser mejor persona”, cuenta.
Pero atrás de este joven motivador hay todo un aparato marketinero ajustado a los gustos de los jóvenes. De esta manera cuando presentó el espectáculo “Misión Argentina” unos ninjas caían desde el techo del Luna Park armados con ametralladoras. Y cuando todo parecía perdido un Gebel encapuchado les da su merecido en una pelea colmada de efectos especiales y revolcadas aparatosas sobre el escenario. Y por fin, Gebel vence al último de los ninjas y el público estalla victoreando a su héroe, en una escena digna de Martín Karadagián en “Titantes en el ring”.
En su misma productora Línea Abierta se engendran los proyectos post modernos de combinar shows multimedia con mensajes de fe cristiana, sin ningún conflicto a decir de Gebel. De ahí mismo surgió la idea de que Gebel parodiara a Neo, de la película Matriz, para que pelee contra unos tipos vestidos de negro que representan a un supuesto sistema que quiere dominar a la juventud. La batalla tiene como trofeo ¡el futuro de los jóvenes!
“El joven es el target al que yo me dirijo. Para llegarle a la juventud hay que ir por el lado de la estima, por la falta de valores, por la necesidad de pertenecer a algo que te aferre a la vida, a una creencia”, explica Gebel.
- ¿No le da miedo que tantos jóvenes crean en usted? ¿No tiene temor de cometer un error y decir algo indebido?
- Me cuido mucho en lo que digo, de no cometer errores. El mensaje es motivacional, que a partir de vos creas en Jesús como algo vivo. Vos podes ser mejor persona, tu corazón puede ser distinto y tener otra escala de valores. No le hablo de Dios desde la religión, no les prohíbo nada porque las reglas de la religión están para romperse, yo digo que una vez que conocés a Dios no te va a costar serle fiel a tu esposa, porque lo que no hagas va a ser por amor a tu esposa y no porque es pecado. Yo quiero que los jóvenes conozcan a Dios de modo que no les cuentes ser buenas personas.
- ¿Y cómo convoca a la gente en sus shows?
- A través de una difusión que hago en más de 200 radios del país que me prestan gratuitamente sus espacios para que mi programa tenga aire. Y después las iglesias mandan a sus jóvenes a ver mis shows, los mismos pastores son lo que incentivan a los chicos a verme viajar desde todas partes del país.

Pasión de multitudes
Parece chiste pero justo frente de las narices de Dante Gebel, en su productora de Constitución, funcionan dos albergues transitorios del que no paran de entrar y salir hombres y mujeres. En su despacho de ventanal amplio sigue las jugadas: “yo siempre le digo a los jóvenes que regalar el sexo a cualquiera es regalar tu alma, yo creo que todas las chicas sueñan con formar una familia y con un hombre que las ame. El sexo es algo diseñado por Dios”, dice.
En la vida de Gebel siempre hay lugar para un enemigo, un rival. Lo son los medios de comunicación a los que acusa de alienar a los jóvenes y no dar a luz sus eventos, lo es el FMI y los políticos corruptos. Todos, nombrados en general, aparecen ironizados y satirizados en sus monólogos, porque en definitiva todo en Gebel parece definirse en una competencia entre el bien, que él encarna, y el mal personificado por difusos ninjas, mafiosos y terroristas, sin nombre y apellido, que atentan contra la juventud.
Como estadista del marketing, Gebel no para de hablar de números. Se desvive por contar una y otra vez que juntó 70 mil almas en el Obelisco cuando de La Rúa era el Jefe de Gobierno, que llevó 70 mil en River, 60 mil en Boca, y un supuesto récord en el Luna Park con tres salas llenas en un solo día. Y lo cuenta en la entrevista, lo cuenta en la radio, en el programa de TV, en los monólogos y lo escribe en la revista.
Pero hay más. El libro “El Código del Campeón” es récord de ventas en toda Latinoamérica”, dice. Y el programa de TV se reproduce en más de 50 países, continua. Y todo se convierte en numerología tan amplia como improbable. Y ahí aparecen los personalidades famosas apoyando su causa: “Palito Ortega estuvo conmigo en el primer Vélez, y el puma Rodríguez y su mujer son amigos mío y de mi mujer”, al mismo tiempo que aclara que Ricardo, por Montaner, se tomó una avión privado para estar en su último espectáculo “Super clásico de la Juventud” que dicho sea de paso lleva ese nombre gracias al ex futbolista, y también amigo famoso, Paulo Silas.

Gebel Súperstar
Su forma de moverse en el escenario, ese manera de ir y venir afirmando ciertas frases, ese fervor en el decir, tan de pastor evangélico, en Gebel tienen huellas que directamente conducen al pastor Héctor Giménez. Aunque en un principio se encargue de decir que nada tiene que ver con él, en el transcurso de la entrevista dirá que sí, que trabajó con Giménez y que fue diseñador de algunas de sus revistas. “No puedo afirmar y negar las acusaciones que tiene en su contra. Yo no estuve ahí”, se ataja. Pero también hay otro cimiento en la construcción de este showman de monólogos con retórica cristiana: Luis Palau “Conduje los festivales que Luis Palau organizó en la Argentina, y en Costa Rica y Perú. Soy algo así como su maestro de ceremonias.
- ¿Podría decirse que Palau es un referente para usted?
- Sí claro. Él no pide dinero al público. ¿Le preguntas por qué lo hace y él te dice: “porque quiero que el mensaje de Dios quede en el corazón de la gente, no hay nada más”. Y al igual que yo, lo apoyan socios y sponsor.
- Al igual que Palau, usted recibe aportes de empresarios. ¿Quiénes son estos empresarios que lo ayudan a montar espectáculos de más 200 mil pesos?
- Empresarios NN que no les interesa ser reconocidos. Son creyentes en Dios, confiados en mi proyecto y en mi visión.
- Pero ¿qué quieren?
- Nada. Al principio yo les dije que apoyarme a mí iba a ser ir perdida, porque yo no le pido plata a la gente, yo no cobro entrada. Pero ellos me decían que no se acercaban a mí para recuperar la plata: “Yo les decía mirá que es por los pibes de interior”, y ellos me decían “si, si, si”.
¿Y de qué manera lo apoyan?
- En los shows unos me pagan el sonido y otros la pantalla. Yo estoy seguro que en un principio habrán querido ver el negocio, ver por donde cerraba. Pero después se dieron cuenta que yo no los convocaba a una iglesia si no que en mis espectáculos había jóvenes llorando de emoción. Lo mío no es un negocio monetario porque yo no voy ni por el bronce ni por cobre. Yo les hablo a los chicos, de soñar, de creer en Dios.
- Pero ¿se puede combinar la fe en Dios con su negocio comercial de la editorial y la productora de discos?
- Yo no mezclo la fe con lo comercial. Para mí van coyunturalmente, no hay una dicotomía. Edito una revista con un mensaje positivo, pero que necesita que las publicidades de la revista se vendan porque si no se vende mi mensaje se termina.
- ¿Y de qué vive?
- De mi productora, de los seminarios motivacionales que presento ante empresarios. Pero ¿usted no le preguntaría a un cardenal de qué vive o cuanto gana? Yo sé que todo lo que no está enmarcado dentro de la Iglesia Católica tiene un manto de sospecha. Yo sé que cuando desde el lado evangélico se difunde una movida, se crea una sensación de que algo no está bien. Pero ¿por qué cuando la gente se peregrina en San Cayetano nadie opina que es gente ignorante?, o dicen “seguro que los llevan de las narices”.

“¿Sabe que quiero que diga mi lápida?”. No. “Yo en mi tumba quiero que diga acá yace un hombre que trató de afectar positivamente a la juventud, que trató de dejarles su mensaje positivo”. Así de claro, así de pensada es la vida de Dante Gebel. Y todo gracias a Dios.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo q no entiendo es a donde queres llegar con la nota??? acaso ser evangèlico està mal???? planteas lo que él hace como algo malo, el tipo no cobra entradas ni le pide plata a la gente...
Se vive ironizando a las "iglesias televisivas" que le sacan el dinero a la gente y se las critica por eso que hacen y vos acá hasta casi criticas que él no lo hace.
Debería existir más gente como él tal vez, no porque sea perfecto ni famososo, eso no es lo importante, me refiero a gente q esté cerca de Dios y que pueda comunicar eso.