martes, 18 de noviembre de 2008

La transnacional de los alimentos

Publicada en Revista Clarín Rural y Suplemento Clarín Rural




La barrera del idioma desplomada de un plumazo sobre el piso. Gestos, traductores ocasionales y los mismos alimentos como vehículos para que productores de 154 países de los más diversos se comunicaran unos con otros para contarse sus propias experiencias, y nutrirse de otras. Una verdadera transnacional de los alimentos resultó ser esta tercera edición de Terra Madre, organizada por el Movimiento Slow Food, del 23 al 27 de octubre pasado, en la ciudad de Torino, en el apacible norte italiano.
Con la mirada puesta en las economías regionales, el rol de la agricultura ante la crisis mundial, el trabajo en red, el respeto por las tradiciones alimentarias y el cuidado del medio ambiente, Terra Madre se convirtió en un gran foro de discusión entre pescadores artesanales, pequeños agricultores, cocineros, académicos y jóvenes.
Y la Argentina no quedó atrás, sino todo lo contrario, ya que tuvo una destacada actuación motivada por los 85 argentinos que además de exponer y contar sobre lo que producen y cocinan, intervinieron en reuniones regionales con representantes de otros países latinoamericanos y en charlas sobre el aprovechamiento de los recursos, la educación alimentaria y como definir precios justos, entre otros temas que continúan discutiéndose a través de foros por internet.
Productores de cerveza, de pimentón, de papas, de maíces, de quesos y de dulces, entre otros, representaron a nuestro país mostrando sus productos, contando sobre cómo los producen, que problemas afrontan y como los comercializan.
"Somos el único envasado de mariscos del golfo San Matías, todos escabechados. Heredamos las recetas de nuestros abuelos y padres pulperos", comentó Isabel Romero, de la Cooperativa de trabajo Suyai Lafquen, que significa Esperanza en el mar en lengua Mapuche, integrada en su mayoría por mujeres de la localidad de San Antonio Oeste, Río Negro.
"Participamos de charlas sobre pesca e intercambiamos ideas y proyectos entre los mismos productores argentinos. Además representantes de Slow Food de la Toscana, Italia, seleccionaron nuestros productos para una degustación que harán el año que viene", comentó orgullosa. Con ventas mayoristas a Puerto Madryn, Bariloche y buena parte del sur argentino, el paso siguiente para la cooperativa es ampliar la fábrica.
Otra representante argentina fue Graciela Pirri, que desde Luis Beltrán, Río Negro, llevó sus picadas procesadas sobre la base de carnes típicas de su zona como el jabalí, cerdo y cordero. En dulces no faltaron los alfajores Carú Ñe de Venado Tuerto y la miel de abeja nativa del monte misionero de Campo Ramón, de la Cooperativa Apícola los Inmigrantes.
Gorai, en gales "el mejor", es el nombre de una cooperativa conformada por tres familias que creció junto al INTA de Trelew, Chubut, y que se dedica a la elaboración de quesos y de carne de oveja. En Terra Madre se lució con sus quesos elaborados con leche de oveja de una raza creada del cruzamiento entre la raza Texel y Frisona. "La idea fue contar como trabajamos, desde el ordeñe hasta con la alimentación de los animales", dijo Lidia Astuti. Hoy la cooperativa cuenta con un plantel de 300 ovejas madres.
"La valorización de los alimentos como hecho cultural. La vinculación con el territorio, con la cultura local es el eje de este proceso", comentó el presidente de Punto Slow Food, Hugo Cetrángolo. "Es importante el encuentro entre los cocineros y los pequeños productores, para que estos últimos también se den cuentan que lo que ellos producen es de alta calidad", agregó.
Durante los 5 días los organizadores pusieron el ojo en las grandes temáticas de la producción alimentaria, enfocadas desde un punto de vista de una necesidad de que los alimentos sean de calidad, es decir atentos con los recursos ambientales, los equilibrios planetarios, el aspecto organoléptico de los productos, la dignidad de los trabajadores y la salud de los consumidores.
En el cierre del Encuentro, Carlo Petrini, presidente de Slow Food, dijo que la agricultura no es sólo un sector económico sino también visión holística, de respeto y convivencia. El derrumbe económico "no es una crisis pasajera: es histórica y será larga. Estamos preocupados pero sentimos también que ya era hora de que acabara la vergüenza de las especulaciones. Esta crisis llevará a tener más respeto por la economía real, la agricultura, la artesanía. Terra Madre no es, como algunos creen, un encuentro pacífico de una humanidad pobre y marginal, sino un conjunto de personas que constituye la mayor multinacional virtuosa del alimento".
El mensaje fue claro, y quedó impregnado en las más de 10.000 personas que formaron parte del encuentro: pues el desafío para los organizadores de Terra Madre pasa ahora por continuar este inmenso sendero nacido del gran intercambio de ideas de productores de todo el mundo. El tiempo lo dirá.