viernes, 24 de abril de 2009

El cercano Noreste

Publicado en el suplemento Caminos y Sabores del mes de abri de 2009.

Caracterizada por sus múltiples cursos de agua y su diversidad de colores, desde Misiones a Entre Ríos y desde Chaco a Corrientes, la región también abarca un escenario de una riqueza artística excepcional.

Desde su nacimiento, el movimiento chamamecero ha sabido pintar de pie a cabeza el patrimonio natural que comprende a todo la región del noreste. Los ríos, las cascadas, las selvas y la fauna, tan inabarcable como interesante, han sido la base poética de las más importantes canciones. Conjunción de música, poesía y baile, el chamamé (“Cantos danzas”, en guaraní) se gestó gracias a la inspiración y aporte, primero, de los guaraníes originarios, luego de las misiones jesuíticas, y más tarde de la inmigración europea.
Afianzado en Corrientes y Misiones, a finales de la década del ´50 se extendió hacia las provincias de Chaco, Entre Ríos, Santa Fe y Formosa. De la mano de las migraciones internas llegó a la Ciudad de Buenos Aires, colándose por todas las calles de los cien barrios porteños.
Hoy en día forma parte del cancionero popular del sur de Brasil y Paraguay, y cobija una conjunto de artistas de invalorable calidad, como los actuales Raúl Barboza y el Chango Spaciuk y los pioneros Emilio Chamorro y Don Mario del Tránsito Cocomarola. En honor a este último, creador de la canción “Kilómetro 11”, se instituyó por ley en Corrientes, el 19 de septiembre –día de su muerte- , “El día del Chamamé”.

La capital nacional del citrus
Caracterizada como una de las actividades típicas más desplegadas del noreste, la citricultura ubica en Concordia, Entre Ríos, a su capital. De inviernos de heladas severas, las agradables temperaturas que se dan en otoño y primavera permiten la cosecha de las mandarinas, naranjas y limones.

Silvia Taylor trabaja junto a su marido en la quinta “Viejo Roble”, en las afueras de la ciudad: “la cosecha lleva mucha mano de obra, porque es manual y requiere del podado de las plantas y el raleo de frutas para descartar las que no sirven”. La exportación, en su mayoría, va dirigida hacia países de Europa.

Otros puntos significativos dentro del mapa nacional son las localidades de Mocoretá en Corrientes, y Federación y Chajarí, también en Entre Ríos. En Concordia los productores están reunidos bajo el ala de la Asociación de Citricultores, que también se encarga de organizar la fiesta nacional los primeros días de diciembre, en la que se llevan a cabo demostraciones de embalajes de frutas y degustaciones de jugos exprimidos. En la última noche se elige a la Reina Nacional de cada año.

Las comunidas origniarias
Los wichí, como comunidad originaria, son toda una referencia del Chaco Salteño. Fueron sus primeros habitantes y los primeros en conocer profundamente la selva para cazar y pescar.
Sus artesanías, por un lado, son la expresión de la memoria y el arte tradicional. Su elaboración, por el otro, es la ocupación de las mujeres y la principal fuente de ingreso de las familias. “Nos salvan, son nuestros salvavidas”, explica el escritor Lecko Zamora, una de las cabezas de la Fundación Chaco Artesanal.
“Pienso, escribo, leo, grito, sufro y bailo en wichí”, asegura con fuerza. Desde Puerto Tirol, a 12 kilómetros de Resistencia, Lecko visita las a comunidades aborígenes de la zona para escuchar sus reclamos y necesidades. “Nuestras mujeres trabajan el hilado con hojas del chaguar, que son recolectadas, limpiadas y secadas para después ser teñidas con raíces de frutas, cáscaras y semillas”, cuenta Zamora. El resultado son bolsos, fajas, cinturones, carteras y pulseras de las más variadas. También son especialistas en el tallado del palo santo con incrustaciones de otras maderas como el guayacán y el quebracho.
“Nos duele pero no vemos obligados a canjear nuestras artesanías por alimentos. Es la única manera que tienen muchos de los nuestros para llegar a la comida diaria”, dice Lecko. Esta es también parte de la realidad de las comunidades aborígenes en la Argentina. “”No olviden, porque olvidar es una forma de morir”, me decía mi abuela y creo que es el sendero por el que debemos seguir”, se esperanza Zamora.

El reinado de las “meliponas”
La apicultura siempre ha sido, en la Mesopotamia, un referente de su producción típica. La “melipona” o “yateí”, en guaraní, es un de las especies de abejas sin aguijón más comunes del noreste. “Una colmena produce un litro de miel líquida por año, y la característica es que es totalmente natural, tal cual se extrae, se consume”, cuenta Sergio Feversani, técnico del INTA de Oberá.
En Campo Ramón, un pueblo del departamento de Oberá, Misiones, los productores se dedican a su cría desde hace 40 años. “Coleccionamos unas veinte especies que traemos de distintas partes del país”, explica Alfredo Holc, padre de 3 chicos, nieto e hijo de apicultores. Aplicada por los guaraníes como remedio casero para la gripe, en paños para heridas y jaleas, esta miel de la “limpia los pulmones, cicatriza las heridas y fortaleces la piel”, asegura. Así, de sabor fuerte y concentrado, hoy es ingrediente de postres, té, café y ensaladas de frutas.

“La cría de estas abejas de dos milímetros de diámetro es apasionante, es un placer que se comparte en familia y hasta podría expandirse a las escuelas porque no hay peligro alguno”, enfatiza Holc, que fue seleccionado el año pasado, por el movimiento Slow Food, para participar en Italia de Terra Madre: un encuentro mundial de productores de alimentos. “Se interesaban en nuestra forma de criar e intercambiamos miel con criadores de otros países. Es un orgullo que por nuestro esfuerzo hayamos sido reconocido”.

De museos y turismo alternativo
Aunque parezca sorprendente en Misiones conviven la imagen de Ernesto “Che” Guevara con la tranquilidad que ofrecen los saltos, las cascadas y los laberintos vegetales El punto es la región de las Flores, una unión de siete municipios con una propuesta turística y social en común ubicada al costado del Paraná y a medio camino entre Posadas y las Cataratas del Iguazú.
El recorrido, que comprende unos 70 kilómetros, permite conocer también a los tradicionales pueblos de inmigrantes suizos y alemanes, como Ruiz de Montoya, de 7.000 habitantes, donde está el edificio de la Iglesia Evangélica Suiza creado en 1944, y que hoy es uno de los máximos patrimonios religiosos de la zona. Atravesando 20 kilómetros al norte se llega al Parque Natural Salto Capioví que en medio de un paisaje de cascadas y arroyos se luce con su centro de artesanías, los senderos, y la posibilidad de acampar.
En la localidad de Puerto Rico los inmigrantes suizos, alemanes, polacos y ucranianos mantienen intactas sus tradiciones y elementos típicos que atesoran en el Museo Raíces.
En Caraguatay, donde Ernesto “Che” Guevara vivió junto a su familia hasta sus dos años de vida, se recrean aquellos días mediante un paseo por un sendero de interpretación hasta los restos de la vivienda, hoy mirador al río Paraná.

Otro de los atractivos es el Parque Juan Vörtisch, un predio de seis hectáreas, con árboles centenarios, plantas autóctonas y un laberinto vegetal conformado con 1.715 metros de ligustrina. Allí se exponen cerca de 350 especies nativas que conforman un inolvidable regalo para la vista.

La fiesta de la pesca
En Goya, Corrientes, se celebra uno de los eventos emblemas de todo el noreste argentino: la Fiesta Nacional del Surubí, el gran encuentro de pesca deportiva nocturna en río con devolución, considerado uno de los más importantes del mundo. Año tras año más de 150.000 personas entre competidores, turistas y espectadores en general se dan citan durante una semana en esta colorida ciudad.
La largada de las embarcaciones es el momento culmine: 500 lanchas rugen atravesando con firmeza el brazo del Paraná en búsqueda del mejor lugar para la pesca.
“Goya te espera, forastero pescador, con su leyenda y su noche tropical”, invita el chamamé oficial de la fiesta que este año será del 26 de abril al 3 de mayo.