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Unidos tras la crisis del 2001 vecinos productores, artesanos y operadores turísticos de La Consulta, en el Valle de Uco, llevan adelante un proyecto turístico-cultural llamado Caminos de Altamira con el objetivo de revalorizar sus tradiciones y mostrarle al mundo entero su estilo de vida. Todo en el medio de lagos cristalinos y el fondo imponente de la cordillera de los Andes.
Un traje a medida del gusto, del tiempo y de las expectativas de cada viajero. Un paquete turístico-social-cultural diverso, rico en contenidos y entretenido es lo que propone un conjunto de productores, artesanos y operadores de turismo que conforman la aventura de Caminos de Altamira, en la localidad de La Consulta, departamento de San Carlos, Mendoza. Situada dentro del Valle de Uco, al oeste de la provincia, la zona está a
Noviembre de 2001, crisis post De la Rúa. “En aquel momento nos replanteamos nuestro estilo de vida, muchos vecinos veían que lo que hacían no era valorado por nadie”, cuenta
Fueron los mismos vecinos de la zona –históricamente poco y nada mirada con ojos turísticos-, los abrieron las puertas de sus comercios, casas, fincas, bodegas y emprendimientos productivos para brindarle al turista un paquete que puede ir desde un día de campo, hasta recorrer la casa de un artesano, pasear en sulky, disfrutar de un desayuno casero y visitar pequeñas bodegas familiares. Hoy son trece los emprendimientos que integran la red, y dieciséis las familias involucradas directamente.
“Desde que comenzamos a trabajar en conjunto las satisfacciones han sido culturales y sociales, más que económicas, porque revaloramos nuestra vida rural. Vecinos que no apreciaban su actividad, de repente comenzaron a recibir a personas de todas partes del mundo asombrados por lo que hacen”, dice Reynoso. Transitar por Caminos de Altamira es atravesar por un proyecto que busca rescatar la identidad de la vida rural, valorizando los recursos naturales y culturales propios, en beneficio de lo local.
De paseo por el oasis
De inviernos duros que dan lugar a heladas diarias, el mayor caudal de turistas llega a La Consulta entre octubre y abril de cada año. Las tierras del Valle de Uco son productivas y fértiles debido al clima y a la altura, de ahí que en la zona se asienten algunas de las bodegas vitivinícolas más importantes del país. En este contexto los lugareños de dedican mayoritariamente a la cosecha de cerezas, duraznos, peras, manzanas y uvas, actividades todas que el turismo puede disfrutar de la misma mano de los productores.
Con galerías abiertas que bordean a la residencia de cuatro metros de altura, Camilo Casa de campo es uno de los emprendimientos que ofrece hospedaje para 20 personas. “Adaptamos la casa de nuestros abuelos con comodidades acordes a la exigencias del turismo internacional”, cuenta una de las dueñas Olga Ghilardi. Otrora finca en donde convivían un viñedo y tierras cultivadas con choclos y pimientos, tras la crisis económica del 2001 la familia decidió virar de actividad hacia la hotelería ofreciendo un servicio que comprenden habitaciones con baño privado, campiña con pileta y desayunos y platos preparados con alimentos de la zona.
“Nos visitan muchos europeos que vienen a buscar el contacto directo con nosotros, los que vivimos y trabajamos aquí. Quieren probar nuestras empanadas típicas, las carnes a la olla, el pollo al ajillo y el lechón”, cuenta Olga. A la hora de comer todos comparten la mesa: turistas y anfitriones se cruzan en conversaciones que van desde la preparación de un buen vino patero hasta cómo se lleva a cabo el riego por canales.
Un buen plan
El traje a medida se ajusta con programas de medio día, uno o dos días con visitas previamente pautadas, según el gusto de turista. Paseos a caballo, en sulky y en bicicleta, participar de actividades agrícolas, como regar, atar, podar y cosechar frutas, son solo una parte de
Plan para el primer día. Conocer en vivo y en directo cómo es la vida diaria de un agricultor mendocino, echarle un vistazo a sus sistemas de riego, darse una vuelta por
Plan para el segundo día. Pegarse una vuelta por la mañana bien temprano por
“A los contingentes de extranjeros les llama la atención nuestra unión familiar, como nos relacionamos y como respetamos nuestras tradiciones”, dice Oscar Miranda. “Uno se presenta tal cual como es, acá no hay disfraz para presentarnos”, cuenta orgulloso.
Y si faltara algo más dentro de este itinerario cultural, para los más arriesgados también la oferta se extiende hasta deportes de aventura como el trekking, senderismo, avistaje de aves y observación de flora y fauna.
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