domingo, 10 de junio de 2007

Como ciego en cita a ciegas


Publicado en revista HOMBRE

Como ciego en cita a ciegas

Ahora que tiene carnet de conducir Esteban Peñin (ciego) podrá llegar más pronto a sus citas a ciegas. Como el mexicano Speede Gonzáles, promete ir tan fuerte que ni se lo va a ver. ¡Un gran saludo a Esteban por su buena onda!


Esteban Peñin es un joven que no llega a 30 años que vive en pleno centro de Floresta, en una habitación que tiene prohibida la entrada del sol. Tuvo su momento de fama a fines de los 90 cuando se convirtió en el primer conductor ciego de la televisión. Y volvió a la fama hará cuatro años atrás cuando en el programa de Andy Kusnetzoff salió al aire pidiendo un registro de conducir que se lo dieron pese a ser ciego.
Pero su historia dice que dejó de manejar la camioneta de la familia a los 16 cuando su padre se cansó de que no esquivara un solo pozo. Al año perdió totalmente la visión. Después se puso de novio con una chica ciega y condujo un programa de televisión en el que hacía de él mismo: de ciego.
Con la ayuda del programa de Andy, Esteban hizo realidad el sueño del carnet de conducir propio. “Manejar para un ciego es como sentir que podes romper los límites”, le dijo a Hombre.
Como no es legal que un chicato conduzca se hizo de un comprobante trucho y ahora promete ir por la 9 de Julio a 13 km sin respetar ni un solo semáforo. “Ya van a ver quien soy yo”, dijo furioso golpeando la mesa.
Desde hace tres meses está de novio con una joven vidente, peluquera y de 29 años que conoció a través de una línea telefónica de encuentros. “Después de diez charlas la invité a encontrarnos y el lugar elegido fue el anden 8 de la estación de trenes de Constitución”. Tardaron varios minuntos en darse cuenta que estaban uno al lado del otro. “Yo no me animaba a hablarle y ella como no sabía que era ciego no se acercaba”.
La mujer fue al frente, y tras asombrarse de que Esteban dezplegara su bastón blanco, se enamoró a pronta vista. Él, tardó un poco más.
En un momento de distracción le tomamos prestado del escritorio su lista de consejos para engancharse a una mina por teléfono. Si Cupido lo viera:
· “En la presentación no te tires abajo, dejá que ella conozca tus defectos personalmente ... yo, por ejemplo, no le dije que era ciego pero ella tampoco me dijo como era físicamente, mirá si era un bagarto”.
· “Para no arrebatarla al menos tenés que llegar a las cinco charlas antes de proponer el encuentro. No te desesperes, a mí me llevó más de diez llamados hasta que se dio juntarnos”.
· “No le hablés de sexo de entrada. Hay que hacerse el tierno aunque la que esté del otro lado sea una pesada ... ¡yo me hice el amigo gay y quedé como una dulzura!”.
· “Invitala a un recital o a cualquier otro lugar con onda para pilotear los baches de silencios. Yo la invité a ver Lerner y la maté”.

Eso sí, de casamiento ni hablar. Cuando ella le toca el tema él se hace el sordo y no quiere ni mirar, igual para lo que hay ver.

Eso sí, cuando le contamos que hay un refrán que dice “ojos que no ven corazón que no siente” se quedó preocupado viendo la posibilidad de que su novia le sea infiel con algún cliente de su peluquería.

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