domingo, 22 de julio de 2007

Los Mil y un fanáticos

Los mil y un fanáticos

Un mundo poblado de fans que se visten igual que sus ídolos. La pasión y la búsqueda de una identidad detrás de un fetiche. Pero ¿qué sería de los ídolos sin ellos?

El 19 de agosto no es una fecha más. Y ya lo volveremos a comprobar: cientos de fanáticas lucharán por llegar a obtener un beso, un abrazo o tomarse una foto junto a él. Una semana antes, “sus nenas” acamparán en la cuadra de su casa con minitolderías para resguardarse del frío. Claro, es el cumpleaños de Sandro, y unas cuantas señoras de más de sesenta años de edad son capaces de aguantarse el frío del invierno como nunca en su vida lo hicieron, porque para ellas el “gitano” se merece eso y mucho más.
Pero no es el único caso: sucede con la mayoría de los artistas reconocidos, a la par de su éxito, sus seguidores surgen como una prolongación lógica, luego devienen en fanáticos, y finalmente integran los clubes de fans. Por tanto, ya no resulta raro que sólo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires haya más doscientas agrupaciones amantes de diferentes personalidades del mundo del espectáculo nacional e internacional.
Los fanáticos se juntan en las plazas, casas, clubes, bares y en cualquier otro lugar que sirva como excusa para conocer más sobre su estrella favorita. Porque además de los detalles —como fechas de cumpleaños, signo del zodíaco, comida preferida, los espectáculos que vendrán y la ropa íntima que usa el sujeto en cuestión—, algunos también aprovechan la movida para hacer donaciones y ciertas acciones solidarias.
Pero los clubes son solo una beta del fanatismo. Hoy se percibe otra tendencia no menos asombrosa: las bandas tributos conformadas por fanáticos que visten como sus ídolos para jugar a ser ellos, al menos por un rato. Así, en la Argentina, solamente del grupo inglés Queen hay cuatro de estas bandas, incluida la de Jorge Busetto (Dr. Queen), un médico platense que atiende a sus pacientes con una cara similar a la de Freddy Mercury. “Mi sueño es cruzar la avenida 9 de Julio vestido como mi él, con la corona en la cabeza”, cuenta. Y la lista se engrosa con bandas tributos de Los Beatles, Pink Floyd, Sabina, entre tantas más.
“Como fenómeno, el fanatismo es similar al enamoramiento: en ambos casos se proyectan y se organizan en el ser elegido, aspectos ideales de la subjetividad, para constituir la propia identidad”, explica la Licenciada Elena Krujman, psicóloga del Instituto Psicosomático de Buenos Aires.
Vayamos por más. Abbamanía es un grupo liderado por un descendiente de suecos que se visten casi idénticos al matrimonio que integra Abba. Pero no solamente la música resulta ser un conglomerado de fanáticos, también hallamos “Los fanáticos del bondi”, que gritan a cielo abierto, mediante su página web, un gran fervor por los colectivos, manifestando sus tristezas cuando una línea cae en desgracia y describiendo de manera meticulosa el estado de cada unidad móvil.
Pero todo tiene su razón de ser: “El fanatismo, del mismo modo, permite la constitución de comunidades, dándoles el sentido de grupos de pertenencia. Si antes esto se producía por medio de instituciones tradicionales, que también estaban relacionadas con el buen funcionamiento del Estado, en la actualidad el consumo es lo que permite esta conformación de comunidad”, explica la Licenciada Krujman.

Soy tu fan
Por estas fechas hay unos fanáticos que están de para bienes y son los seguidores de La Guerra de las Galaxias. Es que según está confirmado la expansión del universo fantástico creado por George Lucas pasará a filmarse en una serie de alrededor de 100 episodios. Los fanáticos de Star Wars son uno de los más reconocidos por nuestros tiempos, así cuando estrenaron "Episodio III: La venganza de los Sith", la última de la saga, los fanáticos se pegaron a los cines, algunos vestidos de civil y otros directamente caracterizados como los protagonistas de la película. Pasó acá y en todas partes donde la película se estrenó.
Pero el mundo fanático está lleno de aristas: más de una vez, los teléfonos o casillas de correos se han visto abarrotados ante una horda de fanáticos defraudados porque su estrella favorita perdió protagonismo en la novela, o porque un conductor ha decidido retirarse.
Vayamos un poco más allá: ¿cómo explicar el fanatismo, cuando en realidad se vincula exclusivamente con la pasión? “Es que si bien no es racional, el fanatismo posee una lógica, que es la de la identidad. La personalidad de una persona no existe per se. Se construye y se reconstruye mientras pasa el tiempo, en relación con lo que se conoce, con lo que se ve, con lo que se escucha, con lo que se hace... En esta línea, la pasión por un ídolo que resulta frecuente en la adolescencia, se debe a que esta es la etapa en que se conforma la identidad adulta. Aunque no se produce solamente durante la adolescencia”, concluye la especialista.
Ya tenemos un panorama: existe el éxito —o así parece—, el consumo, el ídolo y existen cada vez más apasionados. Existen también los fanáticos que, reality show de por medio, llegan a ser idolatrados por otros fanáticos que aspiran a dejar de serlo, para ser ídolos. Ante semejante y enmarañado tema, nos surge, entonces una pregunta: ¿llegará el día en que el ídolo se fanatice de su seguidor?

El arte de la magia
En sí, el ilusionismo es una mezcla de arte y ciencia, cuyo objeto es presentar hechos o experimentos, en apariencia inexplicables, para entretener y maravillar al espectador. Y de un momento para otro, el mago lleva todo a un terreno de fantasía, donde el público vuela y juega de la mano del artista.
Desde los comienzos de la humanidad, el ser humano intenta maravillar y sorprender a otros, con efectos que seguramente denominaríamos como mágicos. Así, la magia ha formado parte de la vida del hombre, primero, como un aspecto fundamental de lo misterioso y de lo religioso; segundo, atribuyéndole ser señal de los dioses en hechos como la lluvia, sequía, nacimiento y otros tantos; tercero, como una forma de vida a través de la influencia del poder mágico sobre su salud o comportamiento.

Fanaticadas
Sandrólogo. Darío Suárez, coleccionista, convirtió su casa es una especie de museo de Sandro, con más de ciento cincuenta discos de vinilos de su ídolo, toda su filmografía original y más de cien fotografías inéditas.
No se les caen los anillos. Los fanáticos de El señor de los anillos, todos los 25 de marzo festejan el “Día de leer a Tolkien”. Aparte de las reuniones periódicas, se juntan para realizar lecturas de su maestro, además de hurgar en textos inéditos.
La vida por el fito. El 17 de Septiembre de 2001 se fundó en Mar del Plata, el “Fiat 600 Club”, que admite solamente socios que tengan un “fitito”, más allá del estado. Periódicamente se hacen reuniones en diferentes ciudades del país.