viernes, 6 de julio de 2007

Arte Sin Techo

Un techo de estrellas

La Asociación Arte sin Techo está integrada por personas que viven o vivían en la calle y que se encarga de embellecer la ciudad pintando murales. Proyectos, sueños y miedos de un grupo de personas que viven a la ciudad con una mirada particular.

Nada de subidas ni bajadas, un pasillo largo de baldosas irregulares que va desde una calle súper transitada como Medrano hasta una puerta de chapa. En el recorrido del pasillo las vías del tren que lo bordean actúan de custodia. De repente en el patio de la Asociación, como sí de un loft se tratase, se asoma una habitación con pinturas, cuadros expuestos sobre la pared y algún que otro sillón restaurado artísticamente. Es un miércoles de media tarde y estamos dentro del edificio de los Artistas Sin Techo, ahora espacio para el arte, otrora fábrica de ácidos.
Nacida de la mano de 5 personas, entre ellos, la actual organizadora Felicitas Luisi, Arte sin Techo se formó en el 2003 cuando el gobierno de la Ciudad se puso en contacto con un grupo de artistas en situación de calle para que desplegaran su arte sobre las paredes de la ciudad de Buenos Aires afeadas por las campañas políticas y las pintadas urbanas.
Así durante el primer año pintaron 12 murales en toda la ciudad, y ese fue el punto de partida de un grupo de pintores que luego se amplió a un grupo aún mayor de artistas de distintas disciplinas, todos sin casa propia y que duermen o dormían en la calle, pensiones u hoteles.
Ahora en la Asociación hay más de 20 pintores que trabajan cumpliendo un horario y recibiendo un subsidio de parte del Gobierno de la Ciudad. Las obras de arte que crean las exponen y las venden, dividiendo las ganancias con la Asociación. “La idea fue crear un espacio para que la gente de la calle viniera a trabajar y luego se autoemplee”, dice Federico Strifezzo, uno de los organizadores.
Después tres años de vida, expusieron en el Consejo de la Magistratura, en el salón dorado de la Legislatura, en el mercado de Belgrano, en el parque Rivadavia, en el Mercado Dorrego y en el Hospital Durand. El último logro nos lleva a Puerto Madero y a los más de 20 murales que estarán expuestos al público por más de dos años.
“Es que la casa de los “sin techos” es la ciudad de Buenos Aires. Las calles son los corredores de la casa. El baño es una estación de servicio, las luces son las luces de la ciudad. Ese es nuestro lugar y desde ahí nos expresamos”, cuenta Juan Núñez unos de los pintores sin techo.

La calle es mi lugar
El proceso es el siguiente: llega una persona en situación de calle a la Asociación que dentro de la admisión lo deriva a una asistencia sicológica (para saber de su vida) y a una asistencia sanitaria (para saber de su historial médico). Al mismo tiempo se lo capacita en el área artística que más le guste (la carpintería, los murales y la imprenta, entre otros) para que luego, en una instancia última, pueda vivir de lo que produce.
Otro emprendimiento de Arte Sin Techo son las sillas intervenidas y charangos construidos por árboles olvidados de la ciudad. Sin dudas, este último, toda una simbología de lo que se hace en Arte Sin Techo: trabajar con personas que viven relegadas dentro de la sociedad.
“El hecho de que las personas que vienen hoy acá ya no vivan más en la calle, nos da otra perspectiva. O el hecho de que muchos de los que alguna vez vinieron, hoy estén vendiendo sus productos y les vaya bien también nos da ganas de seguir avanzando”, explica Federico, orgulloso de los logros.
Pero hay un camino que recién se descubre cuando se recorre la Asociación. Y es que el verdadero sentido de Arte Sin Techo está en las mismas obras, presentadas como certeros vehículos de comunicación que hablan de estos artistas y su lugar: los márgenes.
“Arte Sin Techo actúa desde los márgenes de la sociedad. Y estos márgenes son los sin techos, los actores y músicos que se muestran en la calle o en el subterráneo y gente que está internada en un Neurosiquiátrico o en la cárcel”, explica Federico Strifezzo. “La propuesta es que se expresen desde su lugar y no que intenten tomar otros, porque eso es lo que causa rechazo”, sintetiza Strifezzo.
La tarde va tomando forma de noche y mientras en una de las habitaciones a medio terminar dos luthier luchan con los vericuetos de un charango hecho con árboles de la calle, los artistas se preparan para la retirada. “Nosotros somos gente que le brindamos belleza a la ciudad”, dice Juan Núñez. “No apostamos al asistencialismo, queremos ser un espacio sólo para recibir, nuestro objetivo es crear”, dice Strifezzo.
Pues que así sea.
Conocé Arte Sin Techo
Exposiciones, obras de teatro y charlas todos los viernes a partir de las 18 horas en su cede de Medrano Nº 107.
Consultas: 4982-2436
Web: http://www.artesintecho.com.ar/

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